La Burocracia Mexicana Contra la Tecnología
Víctor Celorio
En México tenemos un rezago gravísimo en el desarrollo tecnológico. Mientras que en Estados Unidos se otorgaron 370,434 patentes este año de 2019, en México se otorgaron 16,424 en el 2018 (y de esas, solamente 1,555 a mexicanos de acuerdo al IMPI)
Las inequidad en el desarrollo económico es un factor indudable en esa diferencia, pero NO por el motivo trillado, que dice que en Estados Unidos tienen más dinero y por lo tanto desarrollan más tecnología.
Es exactamente al contrario: en Estados Unidos desarrollan tecnología y por eso tienen más dinero.
Por qué en México NO tenemos más desarrollo tecnológico? Por qué existe esa diferencia abismal entre los dos países vecinos?
En términos generales, no debería ser así. Al final de cuentas, los humanos somos la única especie que inventa de forma constante. Formas, métodos, libros, maquinaria, leyes... Nuestra capacidad de crear es solamente inferior a la divina. (Es por esto que los tejedores de las alfombras persas incluyen a propósito una “falla” en sus tejidos; para evitar la tentación de compararse a Dios.)
Nuestra escasa creación tecnologica NO es por falta de capacidad creativa: el ingenio mexicano para encontrar soluciones es proverbial... pero es despreciado. Hace unos días, por ejemplo, acudí al taller a arreglar mi coche y el mecánico me dijo, textualmente, que tendría que “hacer una mexicanada” para arreglarlo.
Me lo dijo como pidiendo disculpas, sin saber que en eso consiste precisamente el desarrollo tecnológico: en encontrar soluciones prácticas y eficientes con los elementos a la mano, para resolver los problemas creados en la vida diaria de las sociedades humanas.
NO hay nada mágico al respecto. La ciencia es todo eso que funciona y que puede ser reproducido en cualquier lado.
Pero esa expresión del mecánico es en realidad una reacción condicionada por la burocracia en México, donde la concentración histórica del poder ha creado una dependencia absurda de la comunidad a los dictados del gobierno en todos los aspectos.
Existen anécdotas sin fin acerca de la forma como la burocracia en México ha saboteado la actividad creativa de los mexicanos a los que sirve. Tanto, que el día de hoy los mexicanos tienen temor a desarrollar nuevas tecnologías sin la “aprobación” de una burocracia que raramente tiene la capacidad de hacer su propio trabajo, mucho menos tiene la capacidad de determinar las bondades de las nuevas tecnologías. Un burócrata que recibió su puesto no en base a su capacidad, sino en base a sus amistades políticas, no tendrá NUNCA la capacidad de determinar la validez de una tecnología. Para eso existen instituciones como la CONACYT y la oficina de Patentes. Pero en base a sus rimbombantes nombramientos, los burócratas se autonombran expertos porque es una forma de mantener y manejar su poder. Tecnologías nuevas quedan, por definición, fuera de su control. Y por eso los burócratas buscan sabotearlas de una forma o de otra.
Lo importante para la burocracia mexicana NO es el bienestar de la sociedad a la que sirve: su prioridad es mantenerse en el poder por medio de rechazar todo lo que no pueden controlar.
En Mexicali, por ejemplo, recientemente tuve la oportunidad de conocer a un profesor miembro de la Universidad Tecnológica, quien me comentó brevemente acerca de un aparato de su invención. No solamente NO tuvo ningún apoyo para desarrollar su invento: los burócratas a los que se los mostró, sin comprender lo que estaban viendo, simplemente se rieron a lo idiota, humillando al maestro en el alma.
Y cuáles eran las credenciales de esos burócratas para calificar la tecnología desarrollada por el maestro con muchísimo esfuerzo?
NINGUNA.
Generalmente hablando, los burócratas del esmog en México son carreristas que se pasan la vida entera en una juego de sillas, donde se turnan en los puestos. Y así ha sido en Mexicali, donde un grupo muy reducido se han eternizado en esas posiciones durante 20 o 30 años sin poder controlar la contaminación. Pero no solamente NO pudieron controlarla. Durante todos esos años ni siquiera se molestaron en hacer un estudio de la contaminación tan grave que ha existido en Mexicali todo ese tiempo.
Vergonzosamente, los burócratas del esmog en Mexicali NO saben en qué consiste la contaminación que respiran todas la noches, ni de dónde viene.
El invento del profesor nunca tuvo oportunidad de demostrar su valía.
Ese rechazo automático de los burócratas a todo desarrollo tecnológico es una forma de expresar y mantener su poder. Han esparcido la idea que, si ellos no lo aprueban, es porque la tecnología NO funciona. Lo que es una estupidez de marca mayor y un acto de corrupción absoluta.
En contraste, la burocracia en Estados Unidos generalmente ha sido más receptiva a los aportes tecnológicos. Una de las posibles razones es que localmente se reconoce que el poder de la burocracia deriva de la actividad social, y no al revés.
En otras palabras, la comunidad manda.
Como ejemplo muy claro, vean al Chicago de finales del siglo 19.
En aquel entonces el concepto de la sanidad urbana se esparcía por todo el mundo: ideas muy comunes el día de hoy pero revolucionarias en ese entonces, como lo era tener agua corriente en las casas, sanitarios y cañerías para llevar la mierda a un depósito lejano de la ciudad.
En Chicago la sociedad decidió que era imperativo instalar las cañerías, pero debido a que Chicago estaba a nivel del Lago Michigan los burócratas no podían enterrar las tuberías necesarias y el agua negra no podía utilizar la fuerza de la gravedad para mover las aguas negras.
Los burócratas no sabían qué hacer y decían que era imposible.
Excepto que en una junta comunitaria en 1855, un joven alzó la mano y dijo que la solución era levantar los edificios con gatos mecánicos para instalar el drenaje. Los burócratas, prepotentes, rechazaron de inmediato la propuesta porque era, en apariencia, una idea descabellada. Pero la comunidad obligó a los burócratas a probar esa idea... que funcionó exactamente como el muchacho había predicho! En los siguientes 20 años, la ciudad utilizó alrededor de 20 mil gatos mecánicos para levantar inclusive los edificios más pesados.
Gracias a eso Chicago tiene hoy agua corriente y drenajes que funcionan por gravedad.
En el 2019, en Mexicali, la sociedad se organizó sin pedirle permiso a nadie e instaló una Red de Pulmones Urbanos que hoy está limpiando 3 millones de metros cúbicos de aire todos los días.
Todos los días los monitores oficiales del ayuntamiento, (los mismos monitores que usa la NASA), muestran esa limpieza en tiempo real en la plataforma gratuita de PurpleAir . Y lo más importante, la comunidad misma que ha experimentado los resultados directamente, lo ha expresado en testimonios maravillosos, tanto de Ciudadanos como de Escuelas.)
Les guste o no les guste a los burócratas del esmog.
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